El creciente número de matrimonios tempranos en Azerbaiyán ha reavivado la preocupación pública y ha generado dudas sobre la eficacia de las medidas gubernamentales existentes.
A pesar de las campañas de sensibilización llevadas a cabo por el Comité Estatal para Asuntos de la Familia, la Mujer y la Infancia, los expertos afirman que el problema no puede resolverse solo mediante la legislación.
En declaraciones a Bizim.Media, la diputada Gunay Aghamali calificó el aumento de los matrimonios con menores como “una seria señal social y moral” y advirtió que el fenómeno limita no solo la educación, sino también el desarrollo personal de las niñas.
“El matrimonio precoz restringe el acceso de las niñas a la educación, el crecimiento y las oportunidades futuras. Socava la base de un modelo familiar saludable”, dijo Aghamali.
Según la parlamentaria, varios ministerios —entre ellos Educación, Asuntos Internos y el propio Comité Estatal— trabajan conjuntamente para crear conciencia, pero las raíces del problema son más profundas que las lagunas legales.
“No podemos eliminar este problema únicamente con medidas administrativas o legales. Lo que debe cambiar es la mentalidad social”, subrayó.
Aghamali afirmó que los padres desempeñan un papel decisivo en la prevención de los matrimonios tempranos, especialmente en las zonas rurales, donde el problema sigue siendo más extendido.
“Los padres deben entender que sacar a sus hijas de la escuela y obligarlas a casarse significa limitar su futuro. Necesitamos programas de concienciación dirigidos directamente a las familias y a las comunidades locales”, afirmó.
La diputada también instó a los sectores cultural, educativo y mediático a unir esfuerzos para redefinir el concepto de familia en la sociedad azerbaiyana:
“Una familia basada en el conocimiento, la responsabilidad y el respeto mutuo es la piedra angular del progreso social. La educación y el empoderamiento de las niñas deben considerarse el valor más alto”, enfatizó.
Aghamali concluyó que la política a largo plazo del Estado debe centrarse en la educación, el apoyo social y la participación económica de las mujeres, advirtiendo que, sin estos elementos, “ninguna ley será lo suficientemente fuerte como para detener el ciclo del matrimonio precoz.”


